Parábola de las diez minas
11 Oyendo
ellos estas cosas,
prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba
cerca de Jerusalén,...
...y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.
...y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.
12 Dijo,
pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver.
13 Y
llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad
entre tanto que vengo.
14 Pero
sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No
queremos que éste reine sobre nosotros.
15 Aconteció
que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos
siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado
cada uno.
16 Vino
el primero, diciendo: Señor,
tu mina ha ganado diez minas.
17 Él
le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo
poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades.
18 Vino
otro, diciendo: Señor,
tu mina ha producido cinco minas.
19 Y
también a éste dijo: Tú
también sé sobre cinco ciudades.
20 Vino
otro, diciendo: Señor,
aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo;
21 porque tuve miedo de ti, por cuanto
eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.
22 Entonces
él le dijo: Mal
siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo
lo que no puse, y que siego lo que no sembré;
23 ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en
el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?
24 Y
dijo a los que estaban presentes: Quitadle
la mina, y dadla al que tiene las diez minas.
25 Ellos
le dijeron: Señor,
tiene diez minas.
26 Pues yo os digo que a todo el que tiene,
se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
27 Y también a aquellos mis enemigos que no
querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí.
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