Plegaria pidiendo la destrucción de los malvados
"¿Por qué estás lejos,oh Jehová,
Y te escondes en el
tiempo
de la tribulación?
de la tribulación?
2 Con arrogancia el
malo
persigue al pobre;
Será atrapado en los
artificios
que ha ideado.
3 Porque el malo se
jacta
del deseo de su alma,
Bendice al codicioso,
y desprecia a Jehová.
4 El malo, por la
altivez de su rostro,
no busca a Dios;
No hay Dios en ninguno
de sus
pensamientos.
5 Sus caminos son
torcidos
en todo tiempo;
en todo tiempo;
Tus juicios
los tiene
muy lejos de su vista;
A todos sus adversarios desprecia.
A todos sus adversarios desprecia.
6 Dice en su corazón:
No seré movido jamás;
Nunca me alcanzará el
infortunio.
7 Llena está su boca
de maldición,
y de engaños y fraude;
Debajo de su lengua
hay vejación y maldad.
8 Se sienta en acecho
cerca de las aldeas; En escondrijos mata al
inocente.
Sus ojos están
acechando al desvalido;
9 Acecha en oculto,
como el león desde su
cueva;
Acecha para arrebatar al pobre;
Arrebata al pobre trayéndolo a su red.
10 Se encoge, se
agacha,
Y caen en sus fuertes
garras muchos
desdichados.
11 Dice en su corazón:
Dios ha olvidado;
Ha encubierto su
rostro;
nunca lo verá.
12 Levántate, oh
Jehová Dios,
alza tu mano;
alza tu mano;
No te olvides de los
pobres.
13 ¿Por qué desprecia
el malo a Dios?
En su corazón ha
dicho:
Tú no lo inquirirás.
14 Tú lo has visto;
porque miras el trabajo y la vejación, para
dar la recompensa con tu mano;
A ti se acoge el
desvalido;
Tú eres el amparo del
huérfano.
15 Quebranta tú el
brazo del inicuo,
Y persigue la maldad
del malo
hasta que no halles
ninguna.
16 Jehová es Rey
eternamente
y para siempre;
De su tierra han
perecido las naciones.
17 El deseo de los
humildes oíste,
oh Jehová;
Tú dispones su
corazón,
y haces atento tu
oído,
18 Para juzgar al
huérfano
y al oprimido,
y al oprimido,