martes, 19 de marzo de 2024

49. ¡Ten ánimo Pablo le dijo el Señor Jesucristo! Hechos 22:17-30; 23:1-11

 Pablo es enviado a los gentiles

(Hechos 22:17-30; 23:1-11)

17 Y me aconteció, vuelto a Jerusalén, que orando en el templo me sobrevino un éxtasis. 
18 Y le vi que me decía: 
Date prisa, y sal prontamente de Jerusalén; 
porque no recibirán tu testimonio acerca de mí. 
19 Yo dije: Señor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en ti; 
20 y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban. 
21 Pero me dijo: 
Ve, porque yo te enviaré lejos 
a los gentiles.

22 Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva. 

23 Y como ellos gritaban y arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire, 
24 mandó el tribuno que le metiesen en la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él. 
25 Pero cuando le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado? 
26 Cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano. 
27 Vino el tribuno y le dijo: Dime, ¿eres tú ciudadano romano? Él dijo: Sí. 
28 Respondió el tribuno: Yo con una gran suma adquirí esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento. 
29 Así que, luego se apartaron de él los que le iban a dar tormento; y aun el tribuno, al saber que era ciudadano romano, también tuvo temor por haberle atado.
30 Al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a Pablo, le presentó ante ellos.
(Hechos 23:1-11)
Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy. 
El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. 
3 Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? 
Los que estaban presentes dijeron: 
¿Al sumo sacerdote de Dios injurias?
 5 Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo.
Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga.
 7 Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. 
8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas. 
9 Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios
10 Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y le llevasen a la fortaleza.
11 A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo,...
 ...pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma.

 

(Libro de los Hechos de los apóstoles para la gloria y alabanza de Dios, revelada a su iglesia a través del maravilloso Espíritu Santo
 Hechos 22:17-30; 23:1-11Reina-Valera 1960)