domingo, 30 de octubre de 2016

¡Y LA LUZ VINO AL MUNDO!

El Verbo hecho carne
En el principio era el Verbo,
y el Verbo era con Dios,
y el Verbo 
era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho,
fue hecho.
En él estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz en las tinieblas resplandece,
y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
 Hubo un hombre enviado de Dios,
el cual se llamaba Juan.
Este vino por testimonio
para que diese testimonio de la luz
a fin de que todos creyesen por él.
No era él la luz, 
sino para que diese testimonio de la luz.
Aquella luz verdadera,
que alumbra a todo hombre,
venía a este mundo.
10 En el mundo estaba,
y el mundo por él fue hecho;
 pero el mundo no le conoció.
11 A lo suyo vino,
y los suyos no le recibieron.
12 Mas a todos los que le recibieron,
a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

13 los cuales no son engendrados de sangre,
ni de voluntad de carne,
ni de voluntad de varón, sino de Dios.

14 Y aquel Verbo fue hecho carne,
 y habitó entre nosotros
(y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre),
lleno de gracia y de verdad.
15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo:
Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí;
porque era primero que yo.
16 Porque de su plenitud tomamos todos,
 y gracia sobre gracia.
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada,
pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.



18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer
(El verbo hecho carne, San Juan 1:1-18 Reina Valera 1960
Continuación del evangelio de Juan:
 ¡LA VOZ QUE CLAMA EN EL DESIERTO!
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