1 ¡Cuán amables son tus moradas,
2 Anhela mi alma
y aun ardientemente desea
los atrios de Jehová;...
...mi corazón
y mi carne
cantan al Dios vivo.
3 Aun el gorrión halla casa,
y la golondrina nido para sí,
donde ponga sus polluelos,
cerca de tus altares,
oh Jehová de los ejércitos,
4 Bienaventurados los que
5 Bienaventurado el hombre
que tiene en ti sus fuerzas,
en cuyo corazón están tus caminos.
lo cambian en fuente,
cuando la lluvia llena los estanques.
cuando la lluvia llena los estanques.
7 Irán de poder en poder;
8 Jehová Dios de los ejércitos,
oye mi oración;
9 Mira, oh Dios, escudo nuestro,
y pon los ojos en el rostro de tu ungido.
10 Porque mejor es un día en tus atrios
que mil fuera de ellos.
que mil fuera de ellos.
Escogería antes estar a la puerta
de la casa de mi Dios,
que habitar en las moradas
11 Porque sol y escudo es Jehová Dios;
No quitará el bien a los que andan en integridad.
12 Jehová de los ejércitos,
dichoso el hombre que en ti confía.
dichoso el hombre que en ti confía.
Salmo 84
(Libro de los Salmos para la gloria y alabanza de Dios, revelada a su iglesia a través del maravilloso Espíritu Santo Salmo 84:1-12 Reina-Valera 1960)