lunes, 10 de enero de 2022

“Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para siempre” Salmo 79

1 Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad;
Han profanado tu santo templo;
Redujeron a Jerusalén a escombros.

2 Dieron los cuerpos de tus siervos 
por comida a las aves de los cielos,
La carne de tus santos 
a las bestias de la tierra.
3 Derramaron su sangre como agua
 en los alrededores de Jerusalén,
Y no hubo quien los enterrase.
4 Somos afrentados de nuestros vecinos,
Escarnecidos y burlados 
de los que están en nuestros alrededores.
5 ¿Hasta cuándo, oh Jehová
¿Estarás airado para siempre?
¿Arderá como fuego tu celo?
6 Derrama tu ira sobre las naciones 
que no te conocen,
7 Porque han consumido a Jacob,
Y su morada han asolado.
8 No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados;
Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos,
Porque estamos muy abatidos.
9 Ayúdanos, 
oh Dios de nuestra salvación, 
por la gloria de tu nombre;
Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.
10 Porque dirán las gentes:
¿Dónde está su Dios?
Sea notoria en las gentes, 
delante de nuestros ojos,
La venganza de la sangre de tus siervos que fue derramada.
11 Llegue delante de ti el gemido de los presos;
Conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte,
12 Y devuelve a nuestros vecinos en su seno siete tantos
De su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová.
13 Y nosotros, pueblo tuyo, 
y ovejas de tu prado,
Te alabaremos para siempre;
De generación en generación cantaremos tus alabanzas.
(Libro de los Salmos para la gloria y alabanza de Diosrevelada a su iglesia a través del maravilloso Espíritu Santo Salmo 79:1-13 Reina-Valera 1960)