martes, 31 de octubre de 2023

19. ¡Maravillosa conversión de Saulo! Hechos 9:1-19


Conversión de Saulo
(Hechos 9:1-19)
1 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, 
 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco,
 a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. 
3 Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; 
4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 
5 Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: 
Yo soy Jesús, a quien tú persigues; 
dura cosa te es dar coces contra el aguijón. 
6 Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?
 Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
 7 Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. 
8 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco
9 donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.
10 Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. 
Y él respondió: 
Heme aquí, Señor.
 11 Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, 
12 y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. 
13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén
14 y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. 
15 El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este,
 para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;  
16 porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. 
17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. 
18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista;
 y levantándose, fue bautizado. 
19 Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas.
 Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.
 
(Libro de los Hechos de los apóstoles para la gloria y alabanza de Dios, revelada a su iglesia a través del maravilloso Espíritu Santo
 Hechos 9:1-19 Reina-Valera 1960)