Saulo predica en Damasco
(Hechos 9:20-35)
20 En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que este era el Hijo de Dios.
21 Y todos los que le oían estaban atónitos,
y decían: ¿No es este el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes?
22 Pero Saulo mucho más se esforzaba,
y confundía a los judíos que moraban en Damasco,
demostrando que Jesús era el Cristo.
(Hechos 9:23-25)
23 Pasados muchos días, los judíos resolvieron en consejo matarle;
24 pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle.
25 Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta.
Saulo en Jerusalén
(Hechos 9:26-31)
26 Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo.
27 Entonces Bernabé,
tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús.
28 Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía,
29 y hablaba denodadamente en el nombre del Señor,
y disputaba con los griegos; pero estos procuraban matarle.
30 Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso.
31 Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y
Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.
Curación de Eneas
(Hechos 9:32-35)
32 Aconteció que Pedro, visitando a todos,
vino también a los santos que habitaban en Lida.
33 Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico.
34 Y le dijo Pedro:
Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó.
35 Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor.