¡Luz soy del mundo!
9 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
2 Y
le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres,
para que haya nacido ciego?
3 Respondió
Jesús:
No
es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten
en él.
4 Me
es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche
viene, cuando nadie puede trabajar.
5 Entre
tanto que estoy en el mundo,
7 y
le dijo: Ve a lavarte en el
estanque de Siloé (que traducido es, Enviado).
Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.
8 Entonces
los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No
es éste el que se sentaba y mendigaba?
9 Unos
decían: El es; y otros: A
él se parece. El decía: Yo
soy.
10 Y
le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
11 Respondió
él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo
lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate;
y fui, y me lavé, y recibí la vista.
12 Entonces
le dijeron: ¿Dónde está él? El
dijo: No
sé... (continuará)