Resurrección de Lázaro
11 Estaba
entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania (*), la aldea de María y de Marta su hermana.
2 María, cuyo hermano Lázaro
estaba enfermo, fue
la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.
3 Enviaron, pues, las
hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.
4 Oyéndolo Jesús,
dijo: Esta
enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de
Dios sea glorificado por ella.
5 Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a
Lázaro.
6 Cuando oyó, pues,
que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
7 Luego, después de
esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez.
8 Le dijeron los
discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y
otra vez vas allá?
9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce
horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo;
10 pero el que anda de
noche, tropieza, porque no hay luz en él.
11 Dicho esto, les
dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.
12 Dijeron entonces
sus discípulos: Señor, si duerme, sanará.
13 Pero Jesús decía
esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del
sueño.
14 Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;
14 Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;
15 y me alegro por
vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él.
16 Dijo entonces
Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que
muramos con él.
(Vista de Betania, Israel )
Jesús, la resurrección y la vida
17 Vino, pues, Jesús,
y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.
18 Betania estaba
cerca de Jerusalén, como a quince estadios;
19 y muchos de los
judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.
20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.
20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.
21 Y Marta dijo a
Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
22 Mas también sé
ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
23 Jesús le dijo: Tu
hermano resucitará.
24 Marta le dijo: Yo
sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
25 Le dijo Jesús:
Yo
soy la resurrección y la vida;
el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
26 Y todo aquel que
vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
27 Le dijo: Sí, Señor;
yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Jesús llora ante la tumba de Lázaro
28 Habiendo dicho
esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está
aquí y te llama.
29 Ella, cuando lo
oyó, se levantó de prisa y vino a él.
30 Jesús todavía no
había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había
encontrado.
31 Entonces los judíos
que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había
levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a
llorar allí.
32 María, cuando llegó
a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si
hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
33 Jesús entonces, al
verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se
estremeció en espíritu y se conmovió,
34 y dijo: ¿Dónde le
pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
35 Jesús lloró.
36 Dijeron entonces
los judíos: Mirad cómo le amaba.
37 Y algunos de ellos
dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que
Lázaro no muriera?
Resurrección de Lázaro
38 Jesús,
profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una
piedra puesta encima.
39 Dijo Jesús: Quitad
la piedra.
Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya,
porque es de cuatro días.
40 Jesús le dijo: ¿No
te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
41 Entonces quitaron
la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo
alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.
42 Yo sabía que
siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para
que crean que tú me has enviado.
43 Y habiendo dicho
esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
44 Y el que había
muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en
un sudario.
(Evangelio del Señor Jesucristo, según el santo Juan capítulo 11 versículos del 1-44 Reina Valera 60)
Notas:
(*) La aldea de Betania: Pequeño pueblo en la ladera SE del monte de los Olivos, a unos 3 km al E de Jerico". Su nombre significa "Casa de canción, de aflicción de dátiles.(Mateo 21:17)"
(Fuente: Douglas Tenney y Reina Valera de 1909)
(Fuente: Douglas Tenney y Reina Valera de 1909)