sábado, 30 de noviembre de 2024

2. ¡Una salvacion tan grande! Capìtulo 2:1-18

¡Una salvacion tan grande! 

(Hebreos  2:1-18)
1 Por tanto, es necesario 
que con más diligencia 
atendamos a las cosas que hemos oído,
 no sea que nos deslicemos. 
2 Porque si la palabra dicha 
por medio de los ángeles fue firme, 
 y toda transgresión y desobediencia
recibió justa retribución, 
3 ¿cómo escaparemos nosotros,
si descuidamos
 una salvación tan grande
La cual, habiendo sido anunciada 
primeramente por el Señor,... 
...nos fue confirmada por los que oyeron, 
4 testificando Dios juntamente con ellos, 
con señales y prodigios y diversos milagros
y repartimientos del Espíritu Santo 
según su voluntad.
¡El  autor de la salvación!   

5 Porque no sujetó a los ángeles 
el mundo venidero, 
acerca del cual estamos hablando;
 6 pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo:
¿Qué es el hombre, 
para que te acuerdes de él,

O el hijo del hombre, para que le visites?
7 Le hiciste un poco menor que los ángeles,
Le coronaste de gloria y de honra,
Y le pusiste sobre las obras de tus manos;
8 Todo lo sujetaste bajo sus pies.
Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, 
nada dejó que no sea sujeto a él;
pero todavía no vemos 
que todas las cosas le sean sujetas.
 9 Pero vemos a aquel que fue hecho 
un poco menor que los ángeles, a
,
coronado de gloria y de honra, 
a causa del padecimiento de la muerte, 
para que por la gracia de Dios 
gustase la muerte por todos.

 10 Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, 

y por quien todas las cosas subsisten, 
que habiendo de llevar 
muchos hijos a la gloria, 

perfeccionase por aflicciones 
al autor de la salvación de ellos.
11 Porque el que santifica 
y los que son santificados, 
de uno son todos; 
por lo cual no se avergüenza 
de llamarlos  hermanos,
12 diciendo:
Anunciaré a mis hermanos tu nombre, 
En medio de la congregación te alabaré.
13 Y otra vez:
Yo confiaré en él
Y de nuevo:
 He aquí, yo y los hijos 
que Dios me dio.
14 Así que, por cuanto los hijos 
participaron de carne y sangre, 
él también participó de lo mismo, 
para destruir 
por medio de la muerte al que tenía
 el imperio de la muerte,
esto es, al diablo, 


15 y librar a todos 
 los que por el temor 
de la muerte 
estaban durante toda la vida 
sujetos a servidumbre. 
16 Porque ciertamente no socorrió
 a los ángeles,
 sino que socorrió 
a la descendencia de Abraham.
 17 Por lo cual debía ser en todo
 semejante a sus hermanos, 
para venir a ser misericordioso... 
...y fiel sumo sacerdote 
en lo que a Dios se refiere, 
para expiar 
los pecados del pueblo. 
18 Pues en cuanto él mismo 
padeció siendo tentado, 
es poderoso para socorrer
 a los que son tentados.
 
(Carta a los Hebreos para la gloria y alabanza de Dios, revelada a su iglesia a través del maravilloso Espíritu Santo
 Hebreos 2:1-18  Reina-Valera 1960)

"Puestos los ojos en  
, 
el autor y consumador de la fe, 
el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruzmenospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra de 
Dios"  Hebreos 12:2

martes, 19 de noviembre de 2024

1. ¡Mi Hijo eres tú! Hebreos 1:1-13

¡Emanuel!  ¡Dios con nosotros!
(Hebreos  1:1-13)

 "Dioshabiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, 
a quien constituyó heredero de todo
y por quien asimismo hizo el universo;
el cual, siendo el resplandor de su gloria,
y la imagen misma de su sustancia,
y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder,
habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo,
se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.
Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
    Mi Hijo eres tú,
    Yo te he engendrado hoy, 
 y otra vez:
    
Yo seré a él Padre,
    Y él me será a mí hijo?
 
Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo
dice:
    
Adórenle todos los ángeles de Dios.


7 Ciertamente de los ángeles dice:
    El que hace a sus ángeles espíritus,
    Y a sus ministros llama de fuego. 
Mas del Hijo dice:
    Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
    Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
Has amado la justicia, y aborrecido la maldad,
Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo,
Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra
Y los cielos son obra de tus manos.
11 Ellos perecerán, mas tú permaneces;
Y todos ellos se envejecerán como una vestidura,
12 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados;
Pero tú eres el mismo,
tus años no acabarán.
13 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
    
Siéntate a mi diestra,
    Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?"

 
(Carta a los Hebreos para la gloria y alabanza de Dios, revelada a su iglesia a través del maravilloso Espíritu Santo
 Hebreos 1:1-13 Reina-Valera 1960)

"Puestos los ojos en  
, 
el autor y consumador de la fe, 
el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruzmenospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra de 
Dios"  Hebreos 12:2

martes, 12 de noviembre de 2024

¡APRESÚRATE, AMADO MÍO! Cantares Capítulo 8:1-14

 

El  Cantar de los cantares

(Capitulo 8:1-14)

¡Apresúrate, amado mío!

1 ¡Oh, si tú fueras como un hermano mío
Que mamó los pechos de mi madre!
Entonces, hallándote fuera,
 te besaría,
Y no me menospreciarían.
2 Yo te llevaría, te metería en casa de mi madre;
Tú me enseñarías,
Y yo te haría beber vino
Adobado del mosto de mis granadas.
3 Su izquierda esté debajo de mi cabeza,
Y su derecha me abrace.
4 Os conjuro, oh doncellas de Jerusalén,
Que no despertéis ni hagáis velar al amor,
Hasta que quiera.

El  poder del amor
5 ¿Quién es esta que sube del desierto,
Recostada sobre su amado?
Debajo de un manzano te desperté;
Allí tuvo tu madre dolores,
Allí tuvo dolores la que te dio a luz.

6 Ponme como un sello 
sobre tu corazón, 
como una marca sobre tu brazo;
Porque fuerte es como la muerte 
el amor;
Duros como el Seol 
los celos;
Sus brasas, brasas de fuego, 
fuerte llama.
7 Las muchas aguas 
no podrán apagar el amor,
Ni lo ahogarán los ríos.
Si diese el hombre 
todos los bienes de su casa 
por este amor,
De cierto lo menospreciarían.
8 Tenemos una pequeña hermana,
Que no tiene pechos;
¿Qué haremos a nuestra hermana
Cuando de ella se hablare?
9 Si ella es muro,
Edificaremos sobre él 
un palacio de plata;
Si fuere puerta,
La guarneceremos 
con tablas de cedro.
10 Yo soy muro, 
y mis pechos como torres,
Desde que fui en sus ojos 
como la que halla paz.
11 Salomón tuvo una viña en Baal-hamón,
La cual entregó a guardas,
Cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su fruto.
12 Mi viña, que es mía, 
está delante de mí;
Las mil serán tuyas, oh Salomón,
Y doscientas para los que guardan su fruto.
13 Oh, tú que habitas en los huertos,
Los compañeros escuchan tu voz;
Házmela oír.
14 Apresúrate, amado mío,
Y sé semejante al corzo, o al cervatillo,
Sobre las montañas de los aromas.
Libro Cantar de los cantares para la gloria y alabanza de Dios, revelada a su iglesia a través del maravilloso Espíritu Santo
 Capítulo 8:1-14 Reina-Valera 1960
`