martes, 11 de julio de 2017

LO QUE SALE DE LA BOCA CONTAMINA AL HOMBRE

Lo que contamina al hombre
15  Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo:
2 ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan.
3 Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? 
4 Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; (*) y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.
5 Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte,
6 ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.

7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
8 Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
9 Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
10 Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: (*)
11 No lo que entra en la boca contamina al hombre; 
mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
12 Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra?

13 Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó  mi Padre celestial,   será desarraigada. (*)
14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.
15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola.
16 Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin entendimiento?
17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?
18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.

19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.

20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.

La fe de la mujer cananea
21 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón.

22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.

23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.

24 El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!

26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.
27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.

28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

Jesús sana a muchos
29 Pasó Jesús de allí y vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí.

30 Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó;
31 de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.
Alimentación de los cuatro mil
32 Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; 
y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino.

33 Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande? (*)

34 Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos.
35 Y mandó a la multitud que se recostase en tierra.
36 Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud.
37 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas.

38 Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
39 Entonces, despedida la gente, entró en la barca, y vino a la región de Magdala.
(Enseñanzas del Señor Jesucristo a sus discípulos, registrado por el apóstol Mateo, capítulo 15, versículos del 1-39, Versión Reina-Valera 1960)
Notas:
"Este capítulo continúa narrando los movimientos del Reyquien estaba comenzando a encaminarse hacia la cruz. Ya hemos presenciado Su rechazo y conflicto con los líderes religiosos. Aquí se avanza en el ministerio de Jesús hasta llegar al mismo punto de ruptura con los escribas y Fariseos."
(*)Mateo 15:4-6 "Honrar a los padres": “Jesús les acusó de quebrantar el mandamiento de Dios con su tradición. Es que la tradición de ellos permitía a un hombre desobedecer a la Ley, --algo realmente asombroso, y tenían una muy ingeniosa forma de hacerlo. Leamos los versículos 4 al 6, en los que continúa la respuesta de Jesús:
"Porque Dios dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y: Quien hable mal de su padre o de su madre, que muera. Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado, no necesitará más honrar a su padre o a su madre. Y así invalidasteis la palabra de Dios por causa de vuestra tradición."     |
Nuestro Señor estaba diciendo que el honrar a los padres, incluía apoyarles en su manutención. La manera en que soslayaban esa responsabilidad era dedicando su dinero como un donativo para Dios, lo cual les liberaba de mantener a sus padres. Esta solución les proporcionaba una forma piadosa de quebrantar la Ley Mosaica.
Aun creo que la mejor manera de probar a un cristiano es examinar cómo administra sus bienes y cuál es su actitud frente a Dios. El desea que cada uno se ocupe de sus responsabilidades personales como, por ejemplo, el mantenimiento de la familia, antes de colaborar económicamente con la obra de Dios. "
(*)Mateo 15:10 El Señor Jesús enseñando a la multitud el verdadero conocimiento espiritual:
“El gran principio que Jesús estaba enseñando establecía que la corrupción moral era espiritual, no física. Los discípulos se sorprendieron de que el Señor ofendiese a los Fariseos. Hasta ese momento, había existido una situación conflictiva entre los dirigentes religiosos y Jesús, pero este incidente marcó el punto de ruptura.” 
(*) Mateo 15:13 "Toda planta que no planto mi Padre celestial será desarraigada": La cizaña
(*) Mateo 15:33 La incredulidad de los discípulos:“Y este milagro muestra cuán lentamente aprendían los discípulos. Ellos ya habían presenciado la alimentación de los 5.000 que, según creo, había tenido lugar pocos días antes y, sin embargo, plantearon las mismas viejas objeciones de su incredulidad. Fue así que le dijeron, otra vez: "¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande?" 
"Jesús entonces les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. Y El mandó a la multitud que se recostara en el suelo; y tomó los siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes."
Una vez más, Él alimentó a las multitudes. Y ello nos revela que los discípulos no habían aprendido realmente la lección. De hecho, su desgana para creer constituía una forma de rechazo. Estimado oyente, la incredulidad es pecado. El apóstol Pablo, en su carta a los Romanos 14:23, dice que "todo lo que no precede de fe, es pecado". Y en la carta a los Hebreos 12:1, se nos advierte que nos despojemos "de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve". ¿Y cuál es ese peso? Pienso que es la incredulidad, porque la incredulidad es pecado.
(Fuente: www.escuelabiblica.com)