“Cuando descendió
Jesús del monte, le seguía mucha gente...” A partir de allí se produce una serie de milagros maravillosos de su poder y autoridad.
Jesús sana a un leproso
8 Cuando descendió Jesús
del monte, ...
2 Y he aquí vino un leproso (*)
y se postró ante él,
diciendo:
Señor,
si quieres,
puedes limpiarme.
3 Jesús extendió la mano y le tocó,
diciendo: Quiero; sé limpio.
Y al instante su lepra desapareció.
sino ve,
muéstrate al sacerdote,
y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, (*)
para
testimonio a ellos.
( Evangelio del Señor Jesucristo, escrito por San Mateo capítulo 8 versículos 1- 4 Reina Valera 60. )
Notas:
Podemos ver una reflexión de esta condición del hombre leproso:
“…el leproso de nuestro
texto no era un insensato. Anhelaba
ardientemente ser liberado de su terrible mal: con todo su corazón y su alma quería ser limpiado de su grave impureza. ¡Oh, que sucediera lo mismo con
ustedes! ¡Quiera el Señor hacerles sentir cuán
depravado es su corazón y cuán enfermas por el pecado están todas las
facultades de sus almas! ¡Ay, queridos amigos, hay algunos que inclusive aman su lepra!
¿No es triste que debamos hablar
así? Ciertamente, la locura anida en el corazón de los hombres. Los hombres no quieren ser salvados de hacer el mal. Aman los caminos y
el salario de la iniquidad. Quisieran ir al cielo, pero sin
tener que abandonar sus borracheras a lo largo del camino; les gustaría ser
salvados del infierno, mas no del pecado que es la causa del mismo.
Su concepto de salvación no consiste en ser salvados del amor
al mal, ni ser hechos puros y limpios; pero eso es lo que Dios hace cuando
habla de salvación. ¿Cómo pueden anhelar ser esclavos del pecado
y a la vez ser libres? Nuestra necesidad básica es ser
salvados del pecado. El propio nombre de Jesús nos dice eso: es llamado Jesús porque "salvará a su pueblo de sus
pecados." Estas personas no quieren una
salvación que signifique un esfuerzo de sacrificio y una renuncia a sus lujurias
impías. ¡Oh, leprosos desventurados, que
consideran que su lepra es una belleza y se deleitan en el pecado, que a los
ojos de Dios es más repulsivo que la peor enfermedad corporal! iOh, que Cristo Jesús viniera y les modificara su manera de ver las cosas hasta poseer la misma mente de Dios hacia el pecado; y ustedes saben que lo
llama "esta cosa abominable que yo aborrezco."! Si los hombres
pudieran ver que su amor por el pecado es una enfermedad más grave que la
lepra, ciertamente buscarían ser salvados, ¡y ser salvados de inmediato! ¡Espíritu Santo, convéncelos de su pecado, para que los pecadores
anhelen ser limpiados!" (fragmento del mensaje Jesús sana a un leproso por Charles Spurgeon)
(*) "..muéstrate al sacerdote y presenta la
ofrenda que ordenó Moisés...":
"...El
Señor pretendía que la vida
social y religiosa de aquel hombre en Israel fuera completamente restaurada, y
los encargados de hacerlo eran los sacerdotes siguiendo las instrucciones que
marcaba la ley.
Al
mismo tiempo, el hecho de que el leproso sanado se presentará ante el sacerdote
para ser examinado por él, serviría para verificar que la curación había sido
verdadera (Levítico 13). Y de esta forma el Señor
estaba enviando un mensaje claro a los sacerdotes acerca de quién era él. (Fuente: http://www.escuelabiblica.com)
Las
ofrendas que debían presentar se encuentran en Levítico capítulo 14.