Jesús sana a un muchacho endemoniado
37 Al día siguiente, cuando descendieron del monte, una gran multitud les salió al encuentro.
38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo;
39 y sucede que un espíritu le toma, y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace echar espuma, y estropeándole, a duras penas se aparta de él.
40 Y rogué a tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron.
41 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu hijo.
42 Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia;
pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho,...
y se lo devolvió a su padre.
pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho,...
y se lo devolvió a su padre.
43 Y todos se admiraban de la grandeza de Dios.
(Las Buenas Nuevas de nuestro Señor Jesucristo, revelada a su iglesia a través del maravilloso Espíritu Santo
Lucas, capítulo 9, versículos del 37 al 43 Reina-Valera 1960)